Cordobeses en Mathausen
Hoy me he encontrado con un reportaje en el Día de Córdoba que habla de la historia de tres hermanos de Baena que murieron en Gussen, uno de los campos auxiliares de Mathausen.
Es un reportaje de Alfonso Alba y S.Núñez. No conozco a S.Núñez, pero de Alfonso Alba puedo decir que es uno de esos periodistas jóvenes que han crecido escuchando a sus abuelos historias sobre la guerra. Alfonso es más joven que yo, pero pertenecemos a generaciones cercanas, las de quienes conocen más de la guerra civil por las referencias familiares que por lo que nos contaron en el colegio, el instituto, e incluso en la facultad. Y queremos saber más.
Creo que reportajes como el que publica hoy el Día son una pequeña, pero necesaria, contribución a la recuperación de la memoria histórica de la que tanto se habla hoy. Así que me permito traerlo aquí, directamente desde la edición online de este periódico cordobés, que por cierto celebra estos días sus cinco años de vida.
El infierno de los Albendín Navarro
S. Nuñez/A. Alba
"Vosotros que entráis, dejad aquí toda esperanza". El cartel que recibía a los presos en el campo de concentración de Mauthausen estaba congelado. El frío y, sobre todo, el idioma, apenas dejaría a los hermanos Miguel, Rafael y Santiago Albendín Navarro, de Baena, leer el cruel presagio de su destino. Fueron de los primeros españoles en morir en aquel enero de 1942 y en congelar para siempre el corazón de una madre, una esposa, una novia y unos hijos que en vano los esperaban. Sucedió en Gussen, una cárcel nazi a unos cinco kilómetros de Mauthausen que acogía los hornos crematorios. La historia les jugó la mala pasada de tratarlos como vencidos y las huellas de su vida desaparecieron en unos archivos que nunca se encontraron.
Todo comenzó seis años antes. El estallido de una guerra entre hermanos les hizo decantarse por el bando de los que serían vencidos. En julio de 1936, el golpe de estado dividió a la provincia de Córdoba en dos. Baena, una capital jornalera, se decantó por el bando republicano y los hermanos Albendín Navarro se alistaron en él. La zona sufrió un intenso combate durante los primeros meses de la contienda en el conocido como Frente de Castro del Río. Tras la debacle republicana, su ejército huyó al interior (hubo mucha relación los milicianos de Alcoy, Alicante) y con él los tres hermanos baenennses. Pero a pesar de esta derrota tan inminente, la guerra duraría otros tres años más. En abril de 1939, Franco pronunciaba su célebre "cautivo y desarmado el Ejército Rojo, las tropas nacionales han alcanzado sus últimos objetivos". Mientras, kilómetricas columnas de milicianos huían a la República francesa, engrosadas, una vez más, por los tres hermanos Albendín Navarro.
Pese a sobrevivir al paso de los Pirineos y a las penurias de un campo de refugiados en el que vieron morir a cientos de compañeros, Miguel, Rafael y Santiago no se cansaron de luchar. En 1940, el ejército alemán invadió Francia y en apenas dos semanas ya controlaba París. Entonces, un experimentado ejército de milicianos españoles se unieron a la resistencia francesa para volar trenes, dinamitar puentes y matar oficiales nazis. Pero los tres hermanos de Baena fueron capturados y trasladados al frío interior europeo.
El Gobierno español franquista se olvidó de ellos y le dio permiso al alemán para hacer lo que quisiera. Y lo hizo. Sucedió en Gussen. Miguel murió el 11 de enero de 1942 y sus dos hermanos 14 días después. No está documentado, pero las sospechas apuntan a que murieron fusilados, como la mayoría de los respublicanos españoles.
A partir de entonces, el olvido. 63 años después, la semilla sigue viva. Al menos, eso es lo que asegura Juan Manuel León de Toro, un representante de IU que ha investigado la cifra de cordobeses muertos en Mauthausen. León de Toro avala que Rafael y Santiago murieron sin descendencia, pero Miguel dejó a un hijo huérfano. "Motivados por las ayudas que ofrecen los gobiernos franceses y alemanes a los descendientes de los fallecidos por el terror nazi hemos podido saber, a través de una prima segunda de los hermanos de Baena, que el hijo de Miguel sigue vivo y ha residido en Zaragoza", explica. Sin embargo, "es en esta ciudad donde le perdemos la pista". Por ello, IU ha movilizado a sus militantes en la capital aragonesa para intentar dar con el único descendiente de los hermanos Albendín Navarro y poder poner en claro los oscuros de una de las historias más tristes de la guerra.
Para León de Toro, el hallazgo de este hijo es "fundamental" para "un homenaje" que "deberíamos hacer a todas esas personas que murieron luchando por la libertad, por la democracia y por la justicia". "La falta de reconocimiento histórico es lo que más echamos de menos".
Pero la historia de los hermanos Albendín Navarro no fue la única tragedia. Pese a la aparente lejanía del terror nazi, unos 231 cordobeses murieron en aquel matadero de hombres llamado Mauthausen. Baena perdió a 23 vecinos y ya nadie recuerda que se convirtió en el pueblo cordobés con más bajas en el campo de concentración nazi. En Posadas, un pueblo que organizó hasta visitas a Mauthausen, cayeron 16 vecinos. Córdoba perdió a 14, Palma del Río a 13, Espejo a seis, y así hasta una interminable lista que salpicó a todos los pueblos de la provincia. 60 años después, ya no quedan ni cenizas de los hermanos, pero, al menos, la semilla que sembraron ha vuelto a rebrotar en forma de democracia.
Reportaje publicado en el Día de Córdoba el domingo, 20 de noviembre del 2005
La imagen que ilustra el reportaje también procede de la edición online de el Día. Se trata de una fotografía muy conocida donde se ve la llegada de las primeras tropas estadounidenses al campo de concentración.
En mayo del 2001, yo mismo publiqué un reportaje sobre los cordobeses que murieron en Mathausen. Cómo no, aprovecharé para colgarlo próximamente, junto a una entrevista que meses después le hice a Alfonso Cañete, el único superviviente cordobés de Mathausen que aún vive, que se sepa.